Imagínate un pequeño corte en tu dedo mientras juegas en el jardín, o un raspón al caerte de la bicicleta. Cosas que pasan todos los días, ¿verdad? La mayoría de las veces, limpias la herida, pones una tirita y sigues con tu vida. Pero, ¿qué pasaría si en esa pequeña herida se escondiera un peligroso