Peritonitis: Causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

La peritonitis es una afección médica grave que se refiere a la inflamación del peritoneo, la membrana que recubre la cavidad abdominal y cubre la mayor parte de los órganos abdominales. Esta condición puede tener consecuencias potencialmente mortales si no se trata de manera oportuna, y suele requerir atención médica de emergencia. En este artículo, exploraremos en profundidad qué es la peritonitis, sus principales causas, síntomas, cómo se diagnostica, y las opciones de tratamiento disponibles.

¿Qué es la peritonitis?

La peritonitis es la inflamación del peritoneo, una fina capa de tejido que cubre los órganos abdominales. Esta membrana tiene una función protectora y está diseñada para ayudar a que los órganos del abdomen se deslicen entre sí sin fricción. Sin embargo, cuando se infecta o se inflama, puede causar un dolor extremo y complicaciones severas.

• Peritonitis primaria: Este tipo de peritonitis es menos común y ocurre generalmente debido a una infección espontánea, sin una causa clara relacionada con otras patologías. Es frecuente en personas con cirrosis o que tienen líquido acumulado en la cavidad abdominal, conocido como ascitis.
• Peritonitis secundaria: Es el tipo más común y es el resultado de una perforación en un órgano abdominal, lo que permite que las bacterias u otros agentes infecciosos entren en el peritoneo. Las causas comunes incluyen apendicitis, úlceras perforadas y complicaciones quirúrgicas.

Subtipos de peritonitis

• Peritonitis bacteriana espontánea: Suele afectar a personas con enfermedades hepáticas crónicas, como la cirrosis, que desarrollan ascitis. Las bacterias pueden migrar desde el intestino hacia el líquido ascítico y causar la infección.
• Peritonitis relacionada con diálisis: Los pacientes que se someten a diálisis peritoneal corren el riesgo de desarrollar peritonitis si el catéter o el proceso de diálisis se contamina accidentalmente.

Causas de la peritonitis

La peritonitis tiene múltiples causas, algunas de las cuales están relacionadas con infecciones bacterianas, lesiones o procedimientos médicos. Es fundamental identificar la causa subyacente para elegir el tratamiento más adecuado.

• Perforación del intestino: Una perforación puede deberse a diversas afecciones, como la apendicitis o una úlcera gástrica. La perforación permite que el contenido intestinal, lleno de bacterias, entre en contacto con el peritoneo.
• Complicaciones quirúrgicas: Una cirugía abdominal que no se cierra correctamente o en la que hay un derrame de líquidos digestivos en la cavidad abdominal puede provocar peritonitis.
• Lesiones traumáticas: Un traumatismo grave en el abdomen, como el que puede ocurrir en accidentes automovilísticos, puede perforar el intestino o los órganos abdominales, provocando una infección en el peritoneo.
• Enfermedades inflamatorias del intestino: Patologías como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, que causan inflamación crónica en los intestinos, pueden llevar a complicaciones como la perforación intestinal.

Síntomas de la peritonitis

Los síntomas de la peritonitis pueden variar según la gravedad de la infección y la causa subyacente, pero en general, las personas afectadas presentan signos claros de malestar abdominal y síntomas sistémicos.

• Dolor abdominal severo: Este es el síntoma más común y generalmente es de aparición súbita. El dolor suele ser constante, fuerte y empeora con el movimiento o la presión sobre el abdomen.
• Hinchazón abdominal: El abdomen puede sentirse duro o hinchado debido a la inflamación y la acumulación de líquido en la cavidad peritoneal.
• Fiebre: La infección en el peritoneo provoca una respuesta inmune sistémica que generalmente se manifiesta en fiebre alta.
• Náuseas y vómitos: Estos síntomas son comunes debido a la irritación del sistema digestivo, que intenta expulsar el contenido que podría empeorar la inflamación.
• Pérdida de apetito y fatiga extrema: El malestar abdominal puede hacer que la persona pierda el apetito y sienta una gran debilidad.
• Taquicardia y presión arterial baja: En los casos graves, el cuerpo puede entrar en estado de shock séptico, lo que causa un ritmo cardíaco acelerado y una disminución peligrosa de la presión arterial.

Diagnóstico de la peritonitis

El diagnóstico de la peritonitis requiere una combinación de examen físico, estudios de laboratorio y, en algunos casos, procedimientos de imágenes. El reconocimiento temprano de la afección es vital para prevenir complicaciones severas.

• Historia clínica y examen físico: El médico evaluará los síntomas del paciente, enfocándose en el dolor abdominal, la fiebre y cualquier antecedente de condiciones predisponentes como cirrosis o procedimientos quirúrgicos recientes.
• Análisis de sangre: Los análisis de sangre pueden mostrar signos de infección, como un conteo elevado de glóbulos blancos, que indica que el cuerpo está combatiendo una infección.
• Paracentesis: En los casos en los que haya acumulación de líquido en el abdomen, se puede realizar una paracentesis para extraer una muestra del líquido peritoneal. Este líquido se analiza en busca de signos de infección, como la presencia de bacterias.
• Imágenes diagnósticas: Las pruebas de imagen, como una radiografía, ultrasonido o tomografía computarizada (TC), pueden ser útiles para identificar la causa subyacente, como una perforación en un órgano o la presencia de líquido o gas en la cavidad abdominal.

Tratamiento de la peritonitis

El tratamiento de la peritonitis es una urgencia médica y puede requerir tanto tratamiento farmacológico como intervención quirúrgica, dependiendo de la causa subyacente. Es esencial tratar la infección rápidamente para evitar la propagación a otros órganos o sistemas del cuerpo.

Tratamiento médico

• Antibióticos: Los antibióticos de amplio espectro son esenciales para combatir la infección bacteriana que causa la peritonitis. Estos se administran generalmente por vía intravenosa para asegurar que alcancen rápidamente el sitio de la infección.
• Soporte médico general: Los pacientes con peritonitis suelen requerir hospitalización y pueden necesitar fluidos intravenosos, oxígeno y otros tratamientos para estabilizar su condición.

Tratamiento quirúrgico

• Cirugía de emergencia: En casos de peritonitis secundaria, como la que ocurre debido a una perforación en un órgano abdominal, se requiere una cirugía de emergencia para reparar el daño y limpiar la cavidad peritoneal de cualquier material infeccioso.
• Drenaje de abscesos: Si la peritonitis causa la formación de abscesos (bolsas de pus), puede ser necesario drenarlos mediante un procedimiento quirúrgico o guiado por imágenes.

Complicaciones de la peritonitis

Si no se trata a tiempo, la peritonitis puede conducir a complicaciones graves, como sepsis, una infección sistémica potencialmente mortal que puede llevar a una falla multiorgánica. Otras complicaciones incluyen la formación de adherencias abdominales, que pueden causar obstrucción intestinal crónica.

• Sepsis: Es una complicación peligrosa que ocurre cuando la infección se disemina a todo el cuerpo, provocando inflamación sistémica y potencial daño a órganos vitales como el corazón, los pulmones y los riñones.
• Obstrucción intestinal: La inflamación y las cicatrices dentro del abdomen pueden provocar bloqueos en los intestinos, lo que requiere cirugía adicional para corregir.

Prevención de la peritonitis

Prevenir la peritonitis no siempre es posible, pero existen ciertas medidas que pueden reducir el riesgo en personas propensas a desarrollarla, como aquellos con enfermedades hepáticas crónicas o aquellos que se someten a diálisis peritoneal.

• Higiene durante la diálisis peritoneal: Las personas que se someten a este tipo de diálisis deben seguir estrictos protocolos de limpieza y esterilización para prevenir infecciones.
• Tratamiento de condiciones subyacentes: Manejar adecuadamente afecciones como la cirrosis, colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn puede disminuir el riesgo de desarrollar complicaciones como la peritonitis.

Conclusión

La peritonitis es una afección médica seria que requiere atención urgente. Con un diagnóstico y tratamiento oportunos, la mayoría de los pacientes pueden recuperarse sin complicaciones a largo plazo. Sin embargo, si no se trata, las consecuencias pueden ser fatales. La clave para su manejo es la detección precoz y la intervención médica rápida.